El liderazgo es la capacidad de poder impactar en la vida de las personas a tal grado de que luego quieran seguirte. Pero ¿cuál es la pauta principal para saber si eres un líder? Es sencillo. Alguien debe estar siguiéndote. Tu vida debe estar sirviendo de inspiración a los demás y llevándolos a querer ser más como Cristo. Podría darte darte una lista de "requisitos" para ser un líder. Enumeraría ejemplos de muchos hombres de fe que fueron grandes líderes en la Biblia. Abraham, Moisés, Josué, David. Ellos serían solo el inicio de una gran lista.
Para muchos de nosotros el liderazgo se ha convertido en una idea pero no en una realidad. Más que una vida práctica se ha quedado en un concepto. Muchas veces pensamos que el liderazgo es simplemente tener a personas siguiéndonos y que con eso bastará. El liderazgo no es eso. Creemos que nos convertimos en líderes hasta que logramos cumplir con una serie de requisitos (como aquellos que menciona 1 Timoteo 3:1-7). Si bien es cierto, esos requisitos que le describe Pablo a Timoteo siguen vigentes hoy y son una pauta para que nuestro liderazgo sea efectivo, no basta con ello. Hay algo más. Existe un concepto, una idea, una premisa, un ejemplo. El liderazgo se fundamenta en el servicio.
Jesús le dijo a sus discípulos: El que quiera ser líder entre ustedes deberá ser sirviente, (Mateo 20:26 NTV). El ejemplo más grande que Jesús nos enseñó fue el servicio. Pues ni aun el Hijo del Hombre vino para que le sirvan, sino para servir a otros y para dar su vida en rescate por muchos (Mateo 20:27-28 NTV). De niño servía en el templo. Ya adulto servía a los más necesitados. Siempre que alguien se encontraba con Jesús, él o ella salían transformados. Jesús servía aun en medio de la tribulación. Amaba a los desamparados. Ayudaba a los desconsolados. Oraba por los que le deseaban el mal. Amaba y servía a sus discípulos. La Cruz es un recuerdo latente del gran amor de Dios hacia la humanidad. Amor demostrado en su servicio.
Nuestro liderazgo se fundamenta en el ejemplo de Jesús. En el servicio. Sin importar si tenemos las cualidades para ser un gran líder o si cumplimos cada uno de los requisitos que la Biblia menciona, si no servimos nuestro liderazgo se reduce a nada. Jesús vino a servir. Nosotros hagamos lo mismo. Amemos y sirvamos a aquellos que nos están siguiendo. Ayudemos a formar personas que cada día quieran ser más como Jesús. Amemos a los demás. Sirvamos sin esperar nada a cambio. Nuestro liderazgo se resume en amor y en servicio.
Con cariño.
Su amigo El escritor.
Comentarios
Publicar un comentario