La generación que alzará su voz
Por años hemos tenido:
Una generación que sabe danzar, pero no evangelizar.
Una generación que sabe cantar, pero no adorar.
Una generación que tiene moda y fashion, pero no pasión ni determinación.
Una generación que tiene tecnología, pero no sabiduría.
Una generación con mucha información, pero con poca unción.
Una generación que quiere experiencias, sin buscar su presencia.
Una generación que quieren ser tocados, pero no transformados.
Una generación que quieren popularidad, pero evitan la santidad.
Una generación que quiere gloria, sin tener que trabajar.
Una generación que le interesa más el púlpito que las almas.
Una generación que busca posición, antes que servicio.
Una generación que habla de sacrificio, pero se olvida de la cruz.
Una generación que se acomodó.
El mundo nos vendió una fantasía y nosotros la compramos, abandonando los sueños que una vez Dios puso en nosotros. Soñábamos con alcanzar a los perdidos, pero ahora no lo hacemos si no tenemos “el equipo”. Queríamos adorar sin importar si estábamos debajo de una carpa, ahora no lo hacemos si no tenemos un edificio. Anhelábamos su presencia, ahora buscamos sus bendiciones. Nuestros sueños se convirtieron en viajes, fama y lucro. Queríamos victorias pero se nos olvidó que también habría batallas. Queremos liderazgo sin trabajo. Demandamos compromiso sin dar el ejemplo. Queremos la unción sin tener que enfrentar al gigante. Nos acomodamos y se nos olvidó que aquel verbo se hizo carne (Jn 1:14). No concentramos en lo que Jesús dijo y dejamos a un lado lo que Jesús HIZO.
Ya es hora de cambiar de eso. La creación gime por el despertar de esta generación. Una generación que hará escuchar su voz. Una generación que no se doblegará por las condiciones de este mundo. Una generación que no se va a inclinar ante los prejuicios de este siglo. Una generación que dejará la comodidad y empezará a actuar. Una generación que dirá no al pecado y sí a la santidad. Una generación que hará que las naciones conozcan a Cristo Jesús.
Dios está esperando escuchar la voz de esa generación que no se conformará con nada, que buscará su presencia con esmero y entonces hará descender su Espíritu Santo. Y el mundo volverá a decir: “Estos que trastornan el mundo entero también han venido acá” (hch 17:6). Seremos la voz de una generación que sacará a la iglesia de las cuatro paredes y llevará el mensaje de salvación a todo el mundo. Seremos la generación cuya voz traspasará fronteras para decirle a las naciones que su salvador vive. Seremos la generación que verá la presencia de Dios derramarse sobre todo lugar. Seremos la generación que trabajará sin descansar. Seremos la generación que alzará su voz en medio del clamor.
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