Un salto de fe

Un salto de fe.

¿Recuerdas esta escena de la película Rápido y furioso 6? Dominic Toretto arriesga su vida y salta desde un lado del puente para poder salvar a Letty que había sido lanzada al vacío después del impacto del tanque contra una de las columnas del puente.

Unas horas después Letty le pregunta a Dom -¿cómo sabías que habría un auto para amortiguar nuestra caída?-, Dom le respondió -no lo sabía; a veces tienes que dar un salto de fe-.

A veces, tienes que dar un salto de fe.

Muchas veces tus circunstancias demandarán que tengas que saltar en fe y comenzar a creer en Dios y en que él tendrá para ti la respuesta que necesitas.

Muchas veces tendrás que saltar aun sin saber qué te espera del otro lado, aun sin saber qué viene de frente y a qué lugar llegarás. 

Dom saltó por amor, no le importó arriesgar su vida a cambio de la de Letty, pero él sabía que Letty también había saltado. Parece fácil saltar ¿no?

En el amor, es muy fácil luchar cuando sabes que la otra persona también lucha por lo mismo -dos son mejor que uno-, el problema es cuando solo uno de los dos está luchando; no es fácil saltar cuando sabes que la otra persona no lo hará.

En la salud, es fácil continuar con tu vida sabiendo que estás sano, incluso puedes aprender a vivir con una enfermedad como la diabetes; pero cuando tienes que enfrentarte a un diagnostico terminal es diferente, todo cambia cuando parece imposible; no es fácil saltar cuando todo parece estar en tu contra.

En la vida, es genial estar rodeado de tus amigos y de aquellas personas que te apoyan, se siente grandioso cuando todos te entienden; pero en ese momento en el que te equivocas, cuando todos te dan la espalda, la soledad parece ser la única compañía; es difícil saltar cuando sientes que estás solo.

Habrán momentos en los que tendrás que luchar aun cuando nadie más lo haga, tendrás que hacerlo aun cuando todo esté en tu contra, deberás continuar aun cuando sientas que estás solo. Tendrás que saltar aun cuando no puedas ver nada. No será fácil, pero llegado el momento ya no podrás retroceder, el único camino será saltar al vacío y tener la fe de que vas a lograr llegar al otro lado.

Ten fe para saltar, Dios estará contigo, para él no hay nada imposible, él nunca te abandonará.